TU PERRO SE ESCAPA Y TIENE RAZÓN. Te explico por qué...
¿Alguna vez has visto a tu perro perseguir algo
como si fuera lo único que importara en el mundo?
Este comportamiento, tan ancestral y a menudo problemático, tiene su raíz en una de las fuerzas más profundas de su naturaleza: las motivaciones.
En este artículo, exploraremos qué son las motivaciones, por qué son tan importantes para comprender a tu perro y cómo manejar la motivación predatoria,
una de las que más desafíos presenta para los tutores.
¿Qué son las motivaciones?
La motivación puede definirse como aquello que un individuo espera y busca en el mundo para alcanzar gratificación y evitar la frustración. Este concepto conecta estrechamente dos términos esenciales: deseo y necesidad, pilares fundamentales para lograr la felicidad.
Comprender que los perros tienen sus propias motivaciones nos abre la puerta a entender mejor sus comportamientos. Esto nos permite prepararles oportunidades diarias y crear situaciones donde puedan expresarse plenamente, favoreciendo su bienestar y equilibrio emocional.
Los estudios en zooantropología sobre el comportamiento canino han dado lugar a una lista cada vez más amplia y enriquecida de motivaciones, que nos invita a explorar y profundizar en el maravilloso mundo de los perros. A través de esta comprensión, podemos acercarnos a ellos desde un lugar de profundo respeto y empatía, mejorando nuestra relación y comunicación con estos increíbles compañeros de vida.
¿Qué es la motivación predatoria?
La motivación predatoria es el impulso que lleva al perro a perseguir y, en algunos casos, cazar presas reales o simbólicas. Este comportamiento tiene sus raíces en su pasado como cazador, cuando esta habilidad era esencial para su supervivencia.
Hoy en día, aunque los perros no necesitan cazar para alimentarse, esta motivación sigue viva. Por eso vemos a perros persiguiendo gatos, bicicletas, coches o cualquier cosa que se mueva rápidamente. Esta motivación no es solo una necesidad funcional, sino también un placer intrínseco para el perro: la emoción de perseguir activa su instinto y le proporciona una gratificación profunda.
Algunas razas, como los Border Collies, han canalizado este impulso hacia tareas específicas como pastorear, mientras que en otros perros puede manifestarse de forma más espontánea y descontrolada.
¿Por qué la motivación predatoria causa problemas?
Impacto en la convivencia:
La motivación predatoria puede llevar a situaciones peligrosas, como perseguir animales o coches en plena calle.
Este comportamiento puede ser difícil de manejar, especialmente si ocurre en lugares públicos o inesperadamente.
Riesgos para el perro y otros:
Perseguir un gato o una bicicleta puede provocar accidentes o conflictos con otras personas y animales.
Frustración del tutor:
Muchos tutores sienten que su perro no les obedece cuando está bajo el influjo de esta motivación. Esto puede generar malentendidos sobre el comportamiento del perro y dificultar la relación.
Cómo debe comportarse un tutor frente a las motivaciones del perro
Los tutores deben recordar que las motivaciones de los perros son intrínsecas y están profundamente arraigadas en su naturaleza. Aunque a veces estas motivaciones puedan ser molestas o inconvenientes, comprenderlas y manejarlas con empatía es clave para una convivencia armoniosa.
Aquí hay algunos principios que pueden ayudar:
Aceptación y comprensión:
En lugar de frustrarse por comportamientos motivados, como perseguir objetos en movimiento, los tutores deben entender que estas acciones son expresiones naturales del perro.
Adaptarse a las necesidades del perro:
Reconocer las motivaciones específicas de cada individuo permite a los tutores anticiparse a posibles problemas. Por ejemplo, un perro con alta motivación predatoria necesita actividades que canalicen este impulso de manera segura y controlada.
Buscar alternativas seguras:
Redirigir las motivaciones no implica reprimirlas, sino ofrecer actividades equivalentes que sean satisfactorias para el perro. Juguetes interactivos, juegos de caza simulada o paseos en áreas controladas son excelentes opciones.
Tolerancia y paciencia:
Algunas motivaciones, como la predatoria, pueden resultar difíciles de manejar en ciertos entornos. Es fundamental que el tutor sea paciente y trabaje con el perro de manera consistente para encontrar soluciones adaptadas.
Establecer límites claros:
Aunque es importante respetar las motivaciones del perro, también es necesario enseñarle límites que garanticen la seguridad tanto del animal como de las personas y otros animales a su alrededor.
Fomentar una relación equilibrada:
Trabajar con las motivaciones del perro no significa dejar que haga lo que quiera, sino construir una relación basada en el respeto mutuo y la comunicación efectiva.
Incluso cuando las motivaciones puedan parecer problemáticas,
abordarlas de forma proactiva refuerza el vínculo entre el tutor y el perro,
transformando lo que inicialmente era un desafío en una oportunidad para crecer juntos.
Un caso práctico: Salma
Cómo trabajamos la motivación predatoria en un galgo
Abordar la motivación predatoria en un perro no es tarea sencilla, y este caso en particular requirió tiempo, paciencia y perseverancia. Salma una hembra de galgo en Madrid tenía el hábito de perseguir y atrapar liebres en los parques de la ciudad, lo que no solo causaba problemas con otros usuarios del parque, sino que también ponía en riesgo su seguridad.
Para enfrentar este desafío, recurrimos a una estrategia creativa y respetuosa con la naturaleza del perro. Adquirimos una piel de liebre y la atamos a una cuerda, desplazándola rápidamente mientras corríamos junto a ella. Este juego imitaba la persecución de una presa, pero en un entorno controlado y seguro.
Aunque no era una presa viva, Salma comprendió que estábamos ofreciendo una alternativa y aceptó esta actividad como una compensación por su impulso predatorio.
Sin embargo, este proceso no fue inmediato. Las motivaciones son intrínsecas, y cuando un perro ya ha cazado, es especialmente complicado reemplazar esa experiencia con algo que no implique una presa real. Fue necesario construir gradualmente una dinámica de confianza y establecer un "acuerdo" con ella: si regresaba al ser llamada, recibía su "presa" (la piel de liebre) como recompensa.
Con el tiempo, este trabajo no solo logró redirigir su comportamiento, sino que también fortaleció el vínculo entre ella y su tutora. Este caso muestra que trabajar con motivaciones predatorias puede ser un desafío, pero con creatividad, amor y perseverancia, es posible encontrar soluciones que beneficien tanto al perro como a su entorno.
Cada perro es único, y siempre es importante explorar diferentes estrategias hasta encontrar la más adecuada.
Por qué entender las motivaciones mejora la relación con tu perro:
Comprender las motivaciones de tu perro te permite anticiparte a sus comportamientos y ofrecer soluciones que equilibren su bienestar con la convivencia.
Al actuar sobre sus motivaciones en lugar de imponer nuestras expectativas, no solo prevenimos problemas, sino que también fortalecemos el vínculo y logramos un perro más feliz y colaborativo.
Conclusión
Las motivaciones son la esencia del comportamiento de los perros.
Comprender y trabajar con ellas, especialmente con la motivación predatoria,
nos permite ofrecerles una vida más equilibrada y plena.
Si enfrentas retos con esta motivación en tu perro, considera consultar con un especialista para desarrollar estrategias personalizadas.
¡Tu esfuerzo será recompensado!
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