Glifosato: ¿Qué oculta el herbicida más usado y cómo afecta a tu perro y a ti?

¿Sabías que el 93% de los humanos tienen rastros de glifosato, un herbicida tóxico, en su organismo?

Ahora imagina esto: los niveles promedio de glifosato en perros son tres veces mayores que en humanos, alcanzando un alarmante 15.8 partes por billón (PPB).

Este químico, ampliamente utilizado en la agricultura, está presente en alimentos y entornos, planteando riesgos potenciales tanto para humanos como para nuestros compañeros caninos.

En este artículo exploraremos qué es el glifosato, sus niveles en humanos y perros,

y cómo minimizar su exposición para proteger su salud y bienestar.

¿Qué es el glifosato?

El glifosato es un herbicida no selectivo que elimina malas hierbas bloqueando una enzima esencial para las plantas. Aunque su eficacia y bajo coste lo han hecho popular

en la industria agrícola, su omnipresencia lo convierte en una amenaza constante para la salud.

• Origen: Introducido en los años 70 por Monsanto como el ingrediente principal del herbicida Roundup.

• Usos actuales: Cultivos de maíz, trigo, soja y frutas, además de aplicaciones en jardines y áreas urbanas.

A pesar de que la industria lo promociona como “seguro en pequeñas cantidades”, los datos sugieren otra realidad.

¿Cuánto glifosato hay en tu cuerpo y en el de tu perro?

En humanos

• 93% de los humanos tienen rastros de glifosato en su orina.

• Cambiar a una dieta orgánica puede reducir estos niveles hasta en un 70% en solo 6 días (Consumer Reports).

En perros

• Los niveles en perros alcanzan un promedio de 15.8 PPB, los más altos registrados en cualquier especie.

• ¿Por qué tan altos?

  • Alimentos contaminados: Los piensos procesados contienen hasta 700 PPB de glifosato debido al uso intensivo de pesticidas en ingredientes como maíz y soja.

  • Entorno: Parques, jardines y aceras tratados con herbicidas exponen continuamente a los perros.

Comparativa de niveles de glifosato (PPB)

Grupo	Promedio detectado
Humanos	0.5 PPB
Perros	15.8 PPB
Piensos comerciales	200–700 PPB
Dietas crudas	5 PPB

Los efectos silenciosos del glifosato

En humanos

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasifica al glifosato como “probablemente cancerígeno”. Estudios lo relacionan con:

• Cáncer: Riesgo elevado de linfoma no Hodgkin.

• Daño endocrino: Alteración hormonal que afecta a la fertilidad y el metabolismo.

• Problemas hepáticos y renales: Deterioro progresivo de los órganos por exposición crónica.

En perros

Aunque faltan estudios específicos en perros, la extrapolación de datos en humanos y animales sugiere:

• Problemas gastrointestinales crónicos.

• Enfermedades hepáticas y renales.

• Mayor riesgo de enfermedades autoinmunes.

¿Qué puedes hacer para proteger a tu perro (y a ti mismo)?

Reducir la exposición al glifosato no solo es posible, sino necesario.

Aquí tienes cómo hacerlo:

Alimentación consciente

• Dieta natural: Cambia a alimentos crudos o procesados libres de glifosato. Las dietas crudas contienen hasta un 95% menos de este químico que los piensos.

• Compra orgánico: Alimentos certificados libres de pesticidas son la mejor opción tanto para humanos como para perros.

Control del entorno

• Evita herbicidas químicos: No uses productos que contengan glifosato en tu jardín o áreas donde tu perro pasea.

• Limpia sus patas: Después de pasear en parques o áreas públicas, lava las patas y el pelaje de tu perro para eliminar posibles residuos.

Educación y acción

• Lee las etiquetas: Busca productos libres de pesticidas y glifosato.

• Demanda cambios: Apoya marcas que fomenten la agricultura sostenible y libre de químicos.

Por qué actuar ahora

La exposición al glifosato no es solo un problema de hoy; sus efectos se acumulan a lo largo del tiempo, impactando generaciones futuras. Los perros, como miembros de nuestra familia, dependen de nosotros para protegerlos de riesgos innecesarios. Cambiar sus hábitos alimenticios y ambientales no solo mejora su calidad de vida, sino que también contribuye a un planeta más saludable.

Recuerda: Lo que es bueno para tu perro

también es bueno para ti y para el medio ambiente.